viernes, 13 de agosto de 2010

Reseña de La cúpula, de Stephen King – Para los que SI lo han leído. (PARTE 1)


Aaahh... Ahora sí podemos conversar sin temor a que se nos escape el final. Para algún distraído, lo que diré a continuación destripa el argumento de manera carnicera, de manera que aquellos que no han leído la novela y piensan hacerlo, abstenerse de lo que viene. Al mismo tiempo, adelanto que lo que haré a continuación no será una descripción de la trama, que asumo todos conocen, sino un análisis de lo que a mi juicio caracteriza a esta novela.

Primero intentaré resumir por qué a mí esta historia no terminó de seducirme y considero que se posiciona entre las obras de King “del medio”. Las más de mil páginas le pedían, a priori, un plus a esta obra tan esperada y a cuya presentación en NY tuve la suerte de asistir en Noviembre del año pasado. Los antecedentes eran auspiciosos; nadie podía pasar por alto el regusto a Apocalipsis, la novela que narra las peripecias de los supervivientes de una Super-gripe, la conformación de bandos y la lucha por sobrevivir en un mundo donde las reglas han cambiado. Y lo mismo esperábamos que sucediera en esta cúpula. Que King en determinado momento hubiera barajado como nombre “Los caníbales” ya nos decía mucho. La cúpula no sería más que una excusa para relatar lo que acontecería en su interior, en Chester Mills, donde, otra vez, las reglas cambiarían drásticamente y sus pobladores no tendrían más remedio que adecuarse a ellas. Es injusto juzgar a un autor por lo que nosotros esperamos de determinada obra. Lo que sucede con King, o al menos me sucedió a mí, es que supe positivamente lo que podría haber hecho con esta idea. Las condiciones estaban dadas. Su nivel literario últimamente está muy alto (En La Cúpula efectivamente consigue cosas a nivel narrativo que ha hecho pocas veces) y la idea tenía un potencial increíble. Podría haber superado a Apocalipsis tranquilamente. ¡Podía haber sido su mejor novela! Pero no lo fue... ni de lejos... ¿Qué falló?

Varias cosas.

Pero antes de adentrarme en intentar explicar el tropiezo de esta obra grandiosa que se quedó a medio camino, voy a ocuparme de los puntos ALTOS de la novela, que no son pocos ni despreciables. Voy a cada una de ellos:

El comienzo

Sublime. La novela se presenta de manera impecable. Varios eventos simultáneos se van entrelazando y los protagonistas, al mismo tiempo que el lector, van descubriendo las peculiaridades de este misterioso campo de fuerza. Además cumple de manera efectiva con la presentación de una cantidad increíble de personajes, y a todos ellos logra darle rasgos distintivos para que el lector los identifique. Pocas veces —estoy tentado de decir nunca—, he leído una obra con tantos personajes y todos tan bien presentados. Cuando alguno de ellos “se ausenta” durante muchas páginas, allí están las ayudas del autor al rescate para refrescarnos la memoria. La lista de personajes que acompaña el libro no hace daño, y sin duda será de utilidad para aquellos que no dispongan de mucho tiempo para leer la novela, pero para el que puede hacerlo a ritmo constante no es necesaria. Puesto que la presentación de personajes tiene su aceleración máxima en el inicio, podía haber resultado pesado, y sin embargo, no sucede así. Además, el descubrimiento de esta cúpula por parte de los habitantes, en contraposición a ser presentada en sociedad por el narrador, es un acierto grande.

La fauna de personajes

El otro punto sobresaliente de la novela. Hay una cantidad asombrosa, y todos son bien caracterizados. Algunos surgen como secundarios incluso en medio del relato, o cerca del final, y van cobrando protagonismo paulatino, y aun así el lector los recuerda. Eso es un mérito notable. Thruston Marshall u Ollie Dinsmore son perfectos ejemplos de personajes que aparecen tarde y que sin embargo van tomando vuelo. He contado 64 personajes del listado, ¡y todos ellos cuentan con participación activa en la historia! Hace ya unos días que he terminado la lectura e identifiqué a todos y de todos pude recordar cosas. Otro logro impresionante para el podio de lo bueno que tiene esta novela.

El final

Aquí no se trata de buscar ser objetivos —casi todo lo que diré va de la mano de mis gustos personales— y el final es quizás el punto donde más se pondrá de manifiesto, donde más opiniones encontraremos. No me extrañaría que la mayoría se sienta decepcionado con el desenlace o que lo tilde de los calificativos más severos. A mí me ha encantado. Hay que reconocerle al gran King la osadía, desfachatez, arrojo y brillantez para desembarazarse con un final así, que sin duda generará todo tipo de reacciones. Que la cúpula sea el resultado de un juego de un puñado de niños alienígenas es... como dirían en los USAs: “too much” Es un final tan descabellado y simple (una cajita pequeña es responsable de todo) que se pasa para el otro lado; la aguja recorre todo el dial y da una vuelta completa. Ya no se ven estos intentos. Y alguien podría decir: “Stephen es el rey, puede hacer lo que quiere” Y lo cierto es que no es así. Esta novela representaba una jugada fuerte de la editorial, con gira promocional incluida y en medio de una guerra entre las grandes tiendas y los fabricantes de reproductores de libros electrónicos. Mucha gente dependía de que esta novela funcionara, y si bien no creo que su profesionalismo fuera a verse condicionado por una cuestión meramente mercadotécnica, seguramente debe haberle dado vueltas a la cuestión en algún momento, especialmente con este final entre manos.

Yo estaba preparado (de hecho estaba convencido) de que la razón de ser de La Cúpula no llegaría a conocerse; que desaparecería de la misma manera en que había aparecido, sin que nadie tuviera idea de los motivos. Sin embargo King se atrevió a “explicarla”. Me divertí mucho y cuando Julia recordaba su incidente de la niñez, con las niñas que se pelean con ella, todo eso entrelazado con las visiones de los niños espaciales, vi al King genial y legendario, capaz de sumirnos en una realidad que roza lo ridículo casi sin que nos demos cuenta.

Los “Letherheads” me gustaron muchísimo. Cerca del final hay una frase que me encantó (no dispongo de la versión en Español, pero es muy simple y supongo que la traducción será muy literal): “—Bodies aren´t real. Bodies are dreams” ¡WOW!

Sin embargo, y consciente de que el final es donde más se dividirán las aguas, también me gustó mucho el último tramo de la novela, desde la explosión, donde cada grupo — Big Jim, el grupo principal y el pobre Ollie Dinsmore— debe sobrevivir sin oxigeno. Este estirón final le inyecta tensión a la historia y prepara el desenlace de forma admirable. Otro logro conseguido. Un cierre a la altura.

El estilo

Otro punto altísimo de la novela. King demuestra, como en sus últimos trabajos, que el estilo ha llegado a un grado de perfección suprema, aunque quizás sacrificando un poco de su magia. No sólo la dosificación de ayuda memorias, sino también el relato de acciones simultaneas que llevan mucho tiempo, o escenas complejas como las que incluyen a los aliens. Es un placer leer esta novela y un manual de cómo se hacen las cosas para todos lo que recién empezamos.

Y hasta aquí llegan los puntos ALTOS de esta extensa novela. Mi opinión es que son aspectos no menores y significativos, que ameritan la lectura del libro y que, como he dicho, la posicionan en el pelotón central de todas sus novelas.

En la próxima entrada, los puntos BAJOS. Algunos de ellos, me temo, han sido importantes al punto de contrarrestar buena parte de lo antes mencionado.

TO BE CONTINUED...

No hay comentarios:

Publicar un comentario